De la palabra a la imagen (Narrativa y Cine)

Lic y Prof. Dietris Aguilar Universidad Nacional de Lomas de Zamora



“La palabra y la imagen funcionan de la misma
 manera  que  la  mesa  y la silla: para sentarse
a la mesa,  hacen falta las dos”
Jean-Luc Godard1

Esta ponencia quiere referir una experiencia pedagógica realizada durante cinco meses del presente ciclo lectivo en dos cursos de noveno año de la E.S.B. “San Alberto Magno”, que se encuentra ubicada en la localidad de Lomas de Zamora. Dicha experiencia tenía como objetivos que los alumnos de estos cursos, en primer lugar, lograran reconocer las características particulares de la narrativa como género literario a partir de la lectura y escritura de cuentos; en segundo término, que pudieran conocer los códigos de la cinematografía a partir de la audiovisualización de películas o de secuencias fílmicas. En tercer lugar, y sujeto a la consideración de muchos factores (disponibilidad, expectativas de los chicos, entre otros), propiciar la elaboración de textos audiovisuales que se basen en sus propias producciones narrativas. Además, la docente a cargo de dicho proyecto -y de esta ponencia- intenta, a partir de los objetivos pautados y de los resultados obtenidos, verificar la siguiente hipótesis: “Los alumnos pueden distinguir los diferentes lenguajes (como la literatura y el cine, por ejemplo) a partir de la lectura, análisis y producción de textos lingüísticos y audiovisuales”. Para la confirmación o no de este planteo, se ideó una consulta a los educandos que permita arribar a una primera conclusión, dada la “cercanía” de la finalización de esta experiencia.
El proyecto comenzó con la explicación a los alumnos sobre los pasos que se iban a llevar a cabo en esta experiencia y sobre las producciones que ellos podrían obtener como resultado del proyecto. Los alumnos recibieron la propuesta con mucho entusiasmo. Entonces, para detallar las actividades que los chicos fueron realizando, se procederá a numerar las clases que se desarrollaron en ambos cursos.
CLASE 1: Ronda de historias. En esta primera clase los chicos tenían que leer o relatar historias. Algunos llevaron textos para leer en clase (cuentos policiales), pero dada la extensión de los mismos, los alumnos prefirieron leerlos para la clase siguiente y narrarlas con sus propias palabras. El resto de los compañeros contó “historias” que provenían de la tradición oral (leyendas) o del ámbito cinematográfico, es decir, sinopsis de películas que ellos vieron alguna vez.
CLASE 2: Ronda de historias. Con la intención de que participaran todos los alumnos, se prosiguió con el relato de historias, cuyo tema (elegido por ellos) fue “el terror”. A partir de las correcciones hechas por la docente, los relatores se dieron cuenta de que la exposición oral les exigía manejar con habilidad las palabras para facilitar a los demás la comprensión de los hechos narrados.   
CLASE 3: Ante la inquietud de algunos alumnos sobre la veracidad de una expresión como “Basado en hechos reales” que vieron al comienzo de algunas películas, se les explicó el concepto de ficción que rige en estos lenguajes (literatura y cine), es decir, cómo la invención sirve para la construcción de textos, aunque se apele a recursos que intenten dar carácter real a lo narrado como estas frases mencionadas. Además se les explicitó las características específicas de la Literatura: ficción y función estética.
CLASE 4: Taller de escritura: cada alumno debía elegir alguna de las historias narradas y debía relatarla por escrito. Luego debía entregar este “Borrador 1” a la profesora para su revisión.
CLASE 5: Devolución de los borradores corregidos. Revisión de los procedimientos de cohesión y coherencia textual a partir de las correcciones realizadas. Reescritura de este Borrador 1.
CLASE 6: Entrega del segundo borrador. Revisión de la normativa (uso correcto de mayúsculas, puntuación, etc.)
CLASE 7: Devolución de los trabajos por parte de la docente para su “escritura definitiva”.
CLASE 8: Escritura grupal de un cuento respetando la superestructura narrativa, la extensión breve y el concepto de ficción. Entrega de este borrador primero.
CLASE 9: Devolución de borradores y corrección del trabajo en clase (cada grupo debía aplicar los lineamientos explicados y/o revisados a partir de la actividad anterior realizada de manera individual).      
CLASE 10: Entrega de los trabajos de creación colectiva: Además, la docente realiza una introducción al lenguaje del cine.
CLASE 11: Explicación y reconocimiento de los códigos del cine a partir de la audiovisualización de una secuencia fílmica.
CLASE 12: Reconocimiento de los códigos (uso de planos, el travelling, sonidos intra o extradiegéticos, la puesta en cuadro, la angulación de la cámara, etc.) en otras secuencias fílmicas.
Uno de los alumnos del turno mañana se contactó con un cineasta local, Horacio “Lato” Santana (realizador de cortos y largometrajes), quien dio una charla a los alumnos sobre las distintas etapas de la realización de una película, es decir, explicó en qué consiste la pre-producción (escritura o elección del guión, selección de los actores, lugares, presupuesto, etc.), la producción (período de filmación) y la pos-producción (montaje). Además, en la charla estuvo presente el Sr. Gerardo Aguirre, director de cámara de este cineasta lomense, quien aportó datos sobre la labor específica de cada integrante de un equipo en una filmación y del sentido de “unidad” que se dene tener porque es indispensable para el trabajo en conjunto. Los alumnos, a su vez, realizaron preguntas que tenían anotadas previamente, a partir de las dudas que tenían sobre “hacer cine”.
CLASE 13: Los chicos se dieron cuenta de que la historia “en forma de cuento” no podía ser viable para filmar de manera directa. Se les explicó, entonces, la función y la escritura de un guión para cine.
CLASE 14: Elaboración de guiones con “modelos a la vista” (guías de cómo elaborar un guión y fragmentos de guiones cinematográficos).
CLASE 15: Los alumnos entregan sus borradores.
CLASE 16: Devolución de borradores con correcciones.
A partir de ese momento, se les otorgó a los alumnos dos semanas para la elaboración de sus filmaciones; no obstante, el tiempo para esta tarea se dilató quince días más por inconvenientes de pre-producción. Uno de los obstáculos más recurrentes consistió en que no todos los grupos pudieron conseguir la cámara digital o filmadora con la que contaban para hacer este trabajo, por lo cual optaron por realizar su historia con fotografías (cuatro grupos) o no prepararon nada (un grupo).
Una vez entregados los trabajos, se realizó una exposición de las realizaciones. Curiosamente, no todos los cuentos escritos grupalmente fueron llevados al cine o a la “fotohistoria” (como ellos mismos denominaron a las historias contadas con fotografías). El argumento que sostenían es que no siempre lo narrado verbalmente era posible ser “traducido” exactamente igual a otro lenguaje. Además, los alumnos que hicieron las “fotohistorias” se sintieron en desventajas con respecto a los compañeros, que tuvieron la posibilidad de filmar, porque sus trabajos “perdieron la dimensión audiovisual”.
Dos semanas más tarde, los chicos fueron consultados sobre los trabajos realizados. Ellos debían responder a la siguiente  pregunta: ¿Una narración (cuento) y una película (cine) son lenguajes diferentes? Justificar
El 90 % de los alumnos respondió que sí, que la narración y el filme son dos lenguajes diferentes. La justificación que dieron para determinarlo fueron, entre otras, las siguientes: “Sí, son dos lenguajes diferentes porque narran una historia de distintas maneras” o “se cuentan los mismos hechos de otro modo”. El problema que surgió, entonces, consistió en precisar a qué se referían con las expresiones como “distintas maneras” o “de otro modo”. Se los consultó, al día siguiente, sobre estas consideraciones y oralmente realizaron algunas precisiones que pusieron, luego, por escrito. “Los cuentos son narraciones que se escriben con palabras”, “son breves”, “se escriben en prosa” y “tienen ficción”; en cambio, las películas “se narran con imágenes,  palabras y sonidos”, “se usan distintos planos”, “la cámara tiene distintas alturas o angulación”, “las uniones de las imágenes se llama puesta en serie”, etc.
Como se expresó anteriormente, como conclusión tentativa a la hipótesis planteada se puede decir que los alumnos saben que han trabajado con lenguajes diferentes, pero no logran expresarse correctamente por escrito. Quizás la obviedad y la velocidad con que pretenden comunicarse en todas las situaciones pueden ser dos de las razones que les impiden a los chicos describir, definir o nominar conceptos que conocen y distinguen. Si bien se han cumplido los objetivos planteados, se abren entonces más interrogantes que exige un análisis más profundo de la experiencia antes de arribar a una conclusión definitiva.

Como reflexión final, se podría decir que, a pesar de una incipiente alfabetización audiovisual de los docentes, todavía la proyección de un filme en el ámbito escolar se limita a un estudio de contenido. ¿Cómo no nos van a consultar si es lo mismo leer el libro que mirar la película basada en tal o cual novela?. El conocimiento, la interpretación, el análisis de los nuevos lenguajes son indispensables para docentes y alumnos como herramientas válidas para la comunicación. “Manejar” las palabras no basta. Dice, al respecto, Maite Pro (2005), autora de Aprender con imágenes: “La imagen ha desbordado los límites de la palabra escrita y se ha convertido en una forma específica de comunicación. Actualmente la imagen domina en la cultura de hoy en día. Las nuevas generaciones están acostumbradas a contemplar muchas imágenes, pero no las asimilan. Los avances tecnológicos no se pueden parar, y en esta evolución se hace necesaria la individualización de las técnicas audiovisuales, la conjugación de medios de comunicación de masas con otros más flexibles, lo cual está llevando a la necesidad de una colaboración más estrecha entre la educación y los medios de comunicación”.2 Como usuarios de muchos lenguajes, no se debe olvidar que la “imagen” también porta y aporta sentidos.
En esta experiencia pedagógica el carácter audiovisual del cine fue una puerta para trabajar la imagen más la palabra, no como una suma de códigos, sino como un complejo lenguaje, cuyas significaciones e implicancias se multiplican cada vez más, de manera incesante.
 


BIBLIOGRAFÍA
ECO, Umberto (1999), “Los sonidos y las imágenes” en Apocalípticos e integrados, Barcelona, Lumen.
GARCÍA ESCUDERO, José (1970), Vamos a hablar de cine, Navarra, Salvat.
GARCÍA NEGRONI, María et al (2001), El arte de escribir bien en español, Buenos Aires, Edicial.
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KAYSER, Wolfgang (1976), Interpretación y análisis de la obra literaria, Madrid, Gredos.
MACHADO, Airlindo (2000), El paisaje mediático, Buenos Aires, Libros del Rojas.
PRO, Maite (2005), Aprender con imágenes, Barcelona, Paidós.
SAURA, Norma, “El lenguaje del cine” en Emiliozzi, I. (2003), La aventura textual. De la lengua a los nuevos lenguajes, Buenos Aires, La Crujía/Stella.
XALABARDER, Conrado (1997), Enciclopedias de las bandas sonoras, Barcelona, Ediciones b.